Con un elenco como el plasmado aquí, referencias claras del canto Wagneriano de la posguerra, uno podría pensar que este Tannhäuser es una autentica maravilla la cual vale su peso en oro, o esperar la mas atractiva y perfecta interpretación/ejecución por parte de sus protagonistas, sin embargo, tristemente, no es así.
Pero no siendo tan severos, este registro cuenta con sus puntos evidentes de clara belleza.
Dietrich Fischer-Dieskau hizo de Wolfram un personaje al que le sacaba todas sus dotes de expresividad y cualidades que Wagner escribió para éste; aquí nos lega una interpretación que la encuentro apasionada, cordial, la cual convence por su refinada (y muy elegante) postura, dotando a su trovador con las mas bellas características que uno le busque.
El abordar ambos papeles femeninos por parte de la Nilsson pareciera una tarea algo complicada y un tanto cansada al pasar de un estado del mas intenso erotismo a la castidad mas pura, pero gratamente la elección funciona hasta cierto punto, aunque claro, el escuchar la misma voz en Venus y Elisabeth nos deja deseando algo mas, sin embargo como siempre su interpretación jamás defrauda (¡es Birgit Nilsson por dios!)
Theo Adam plasma en su Hermann buenas reminiscencias de aquel canto cuidado y señorial que uno espera encontrar en su personaje, desplegando, sobriamente, cualidades que se agradecen.
Es el rol protagónico una de las debilidades notorias; Windgassen ya en un declive interpretativo ineludible reflejando en su Tannhäuser un cantante que no sorprende del todo, falto de emociones pero con la suficiente audacia con la cual logra adaptarse, saliendo ¿triunfante? de la empresa.
Otro punto negro el la dirección de Otto Gerdes; teniendo a su disposición una de las orquestas de mayor renombre no logra efectuar, y por consiguiente, exponer una lectura digna de aplaudirse, careciendo de ese arrojo y realce a la que te invita la partitura.
Para resumir, mas que atractivo, con sus altas y bajas, parece ser este un Tannhäuser… interesante.